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sábado, 16 de febrero de 2013

Benchmarking a nivel Estado.


 La wikipedia define Benchmarking como “proceso sistemático y continuo para evaluar comparativamente los productos, servicios y procesos de trabajo en organizaciones. Consiste en tomar "comparadores" o benchmarks a aquellos productos, servicios y procesos de trabajo que pertenezcan a organizaciones que evidencien las mejores prácticas sobre el área de interés, con el propósito de transferir el conocimiento de las mejores prácticas y su aplicación”. Como suele ser costumbre, detrás de raras palabras pronunciadas por personajes con un CV de dimensiones bíblicas, se esconde algo con algo de sentido común aplicaríamos: Ver que ofrecen los líderes del campo en cuestión y compararnos con ellos.

 Esto suele ser común (o debiera) en el ámbito de la empresa privada pero, ante tal envergadura de crisis que estamos soportando en España, uno se pregunta por qué no nuestros estimados dirigentes no hacen algo similar a nivel de Estado.

 El común de los mortales, que no tienen por qué mucha idea de tecnicismos macroeconómicos, usan o les inducen a creer que el Santo Grial para establecer un ranking o comparativa de países son 3 o 4 variables: P.I.B. (Producto Interior Bruto), Renta per Cápita (PIB/Población), Tasa de desempleo y -ahora que todos nos hemos vuelto unos expertos financieros- la prima de riesgo. Ahora bien, lo que no dicen es que esos indicadores no implican una mejor o peor calidad de vida de sus conciudadanos, mejor justicia, mejor educación o mejor trabajo. Estos son parámetros muy complicados de “rankear” (ejemplo ficticio: podemos estar este año en el puesto 35 por encima de Botswana en justicia y el próximo año 2 por debajo). No es tan fácil de hacer. Por ello me pregunto, ¿por qué la obsesión de centrarnos en analizar unas cifras y no en adaptar lo mejor?

 Pongo otro ejemplo. Nuestra tan idolatrada Alemania. Siempre la ponen de referencia y ejemplo a seguir. El problema, como todo, es que la obsesión es un problema. Me explico.

 Si, Alemania hizo sus deberes en su día, pero prueba de que a la gente no le gustó aceptarlo es que Schroeder, tras activar todo el pack de reformas, fue fulminado en las siguientes elecciones. Salieron del aletargamiento en el que estuvo sumergido el país durante una temporada y cuadraron todas la cifras, pero si uno lee un poco los periódicos verá que, aunque nosotros estemos en fundido negro, no todo es color de rosa allí (Minijobs, 7,3 millones trabajadores precarios) . Por eso, si bien hay aspectos que sí que deberían ser tomados como ejemplo de nuestros vecinos germanos, como su forma de ordenación federal -a quien prefiera la descentralización, claro está-, el control de déficit, la cultura del ahorro, la mayor valoración -y remuneración acorde- del trabajo y el trabajador y un sinfín de aspectos que seguro a muchos de vosotros se os ocurrirá... debemos no solo dirigir nuestra mirada hacia nuestros vecinos germanos, sino ampliar el abanico de países a estudiar, aunque estos en vez de estar entre el top 10 de potencias económicas sean algo más modestas.

 Algunos temas que me vienen a la mente.

- Educación desde infantil hasta bachiller. Los ejemplos de Finlandia, Suecia y en general todos países Nórdicos es espectacular. Si bien es cierto que Singapur y Corea del Sur podrían incorporarse a un "Top Ten" su modelo es totalmente distinto al Nórdico: mientras en Singapur o Corea la cultura de la meritocracia es máxima en los países nórdicos la educación se basaría en la adaptación a las necesidades del alumno. Mi predilección por un modelo u otro es porque considero que en el primer modelo la exigencia y competencia es tan brutal desde el punto de vista europeo que considero su adaptación a la situación española muy complicada. Podría provocar un mayor abandono o frustración entre los jóvenes que no son capaces de cumplir los altos estándares que se exigen.


- Requisitos para empezar un negocio. Nueva Zelanda, Australia o Canadá. Cualquiera que haya echado un vistazo al Doing Business verá que la burocracia en España es bastante alta. Licencias por aquí, altas por allá... un engorro que supone una barrera de entrada a nuevos empresarios.

- Autónomos. Junto con las Pymes son los que emplean a más del 80% de la población. Aunque han establecido un cuota reducida inicial de 50€/mes durante los primeros 6 meses sigue siendo insuficiente si tenemos en cuenta que después, factures o no, deberás pagar los alrededor de 250€ de base mínima. Si a esto tenemos en cuenta que factura que emiten deben avanzar el IVA a Hacienda (hayan cobrado la factura o no) parece un escándalo. Lo lógico debería ser una cuantía mínima y un tanto por ciento -variable según el volumen- según los ingresos obtenidos. Ejemplos pueden ser Francia o Inglaterra.

- Conciliación familiar con el trabajo. En este caso casi cualquier país de la UE-15 es ejemplo a seguir. El intento eterno de establecer en España la jornada de trabajo europea sigue en eso, un intento. Esto no debiera ser obstáculo para la creación de empleo puesto que podría haber libertad de horarios, con jornadas intensivas rotativas semanales por ejemplo, y contratando a estudiantes o determinados colectivos para momentos puntuales.
- Atracción de “cerebros”. EEUU, Alemania, UK.... podría seguir hasta el infinito. La situación nuestra situación se resumen en “Nosotros los formamos y vosotros les sacáis provecho”.
- Política Energética. Somos un país con una potencialidad energética impresionante. Tenemos sol, viento, costa (y no con oleaje tranquilo precisamente)... podríamos reducir considerablemente la dependencia exterior. Esto pasa por una simbiosis entre la autogeneración como la instalación de minieólica, placas solares o sistemas de biomasa y geotermia, mayores exigencias de eficiencia energéticas a las nuevas construcciones y por último la creación de nuevas plantas de energías renovables. En este área, incluso tras la supresión total de la primas, seguimos siendo una potencia mundial a la hora de desarrollo de tecnología. Es un área que otros países con mucha menor capacidad “natural” (horas de sol, costa, etc) de generación han priorizado dentro de su política. Corremos el riesgo que dentro de unos años tengamos, como siempre, que adquirir en el exterior lo que en un momento podríamos fabricar aquí.... y por un precio sino inferior al menos parecido.

 En definitiva podemos decir que hay multitud de ejemplos que tomar pero no solo de Alemania, que también,  como referencia para sentar una base sobre la que adaptar -no importar- sistemas de éxito contrastado. La sociedad si se les explica los motivos y los objetivos a conseguir, como hace un directivo presentando su plan estratégico al consejo de admón, será más fácil que adopte y se involucre en el cambio. Porque no nos olvidemos que todo esto supone un cambio de mentalidad social y, si no se consigue que la sociedad forme parte activa del cambio, seguiremos dando tumbos y estableciendo, por ejemplo, reformas educativas propias cuando hay cambio de inquilino en La Moncloa.

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