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martes, 30 de julio de 2013

La imagen del poder en el funeral por las víctimas del tren de Santiago.


Hace algún tiempo, unos 550 años aproximadamente -para la mayoría de los mortales, es mucho tiempo, para Fraga hubieran sido un par de primaveras-, nació un movimiento cultural en Italia, el Renacimiento, que se originó en Italia y se propagó por todo el continente europeo. Se podrían decir muchas cosas de este movimiento cultural: el renacer y resurgir de la cultura clásica como exponente ante la decadente cultura medieval, la innovación técnica, científica y artística, la creación de un hombre nuevo, libre, estudioso de los grandes clásicos, tanto filósofos, como Platón o Socrates, o científicos y matemáticos, como Arquímedes, Tolomeo, etc.

Se podría hablar largo y tendido sobre el Renacimiento, pero no nos vamos a extender mucho, solo vamos a centrarnos en un aspecto significativo ,que no nació en esta época por supuesto, pero desde luego se impulso hasta cotas nunca vista antes en el mundo Occidental, y su máxima  expresión alcanzaría niveles tan altos solo equiparables a algunos modelos del siglo XX. Este aspecto es la imagen del poder en el arte.




Muchos burgueses (en el sentido de la época, no con sentido marxista, ¡eh!,¡pillines ideológicos!), nobles, reyes, y el papado usaron la imagen plasmada en el arte para legitimar el poder ante sus súbditos: los grandes frescos del Monasterio del Escorial o de  Versalles, que conectaban imágenes de Felipe II o Luis XIV con figuras divinas o emperadores romanos, se usaban para legitimar la procedencia divina su destino y del poder que recaía en sus manos. También se incluían imágenes de hazañas y gestas, como victorias en el campo de batalla. No todas fueron tan grandes y magnificas, como se representan en estas pinturas y frescos, algunas fueron "por los pelos", pero desde luego lo que importa es transmitir el acontecimiento como algo glorioso. No solo era en la pintura, también incluía la escultura, como las estatuas ecuestres de muchos reyes, las letras y, por supuesto, la arquitectura: el Monasterio del Escorial, el Palacio de Versalles, o la Basílica de San Pedro dan fe de ello, son muestras megalómanas para legitimar el poder y la grandeza de estos grandes príncipes terrenales o espirituales. Era la propaganda artística, innovadora, fresca, que surgía de los grandes genios del Renacimiento, como Miguel Angel, Da Vinci, Tiziano, Bramante, etc, cuyos mecenazgos estaban a cargo de estos grandes monarcas.



Desde entonces ha llovido mucho, hoy la propaganda no es tan artística como los ejemplos anteriores, ni es tan innovadora, ni requiere de grandes genios:  es panfletaria, repetitiva y hasta vomitiva en algunos casos. En el siglo XX se usaba este tipo de arte por regímenes autoritarios, pero no era tan artístico, detallado, sutil, ingenioso, único o exclusivo como antaño, ni siquiera requiere tantos conocimientos como antes para entender este tipo de propaganda/arte estatal. Aunque desde luego seguían existiendo artistas de verdad, aunque bajo el mecenazgo de estos regímenes por supuesto.



En el siglo XX buena parte de este camino derivó en la propaganda estatal propiamente dicha, mas vulgar, más básica, donde primaba el mensaje directo y el tamaño, sin adornos ni sutilezas, cuya finalidad era simplemente lobotomizar  al populacho. En esta propaganda se incluyeron nuevos métodos, para su repetición hasta la extenuación, como eran las películas, panfletos o carteles. Los ejemplos mas descarados podemos verlos en Corea del Norte por ejemplo, o en la antigua URSS, Tercer Reich o en EE.UU. En España el Valle de los Caídos es el mejor ejemplo. Hoy en día en los países desarrollados, este tipo de actividades también están mas desarrolladas, son más sutiles y subliminales, porque ya nadie se traga lo anterior. Podría poner muchos ejemplos, pero mencionaré dos: uno para los izquierdosos y otros para los derechosos, para que dichosos vuestros ojos, con vuestro servidor no os enfadéis.






Por un lado tenemos en la Argentina de Kirchner, la creación y difusión del billete de 100 pesos con la cara de Eva Perón, también cuentan los actos que realiza para honrar su memoria. No es que pretenda igualarse a "Evita", el objetivo es conectar su imagen y parecer como su sucesora, para despertar ese sentimiento cariñoso y simpatía de un gran grueso de la población. El otro ejemplo, aunque de distinta índole, es la cantidad exagera de banderas estadounidenses que aparecen en las películas de Hollywood, sobre todo en primer plano. Desde luego nos podríamos extender mucho para explicar la imagen de Spiderman.


Para acabar con este brevísimo resumen, decir que uno de estos aspectos de imagen del poder mas sutiles , el protocolo, también tiene su expansión en aquella época, concretamente en la corte de Luix XIV, e imitado por las demás cortes. Hoy en día es un tema muy subliminal, al cual hay que prestar atención para darse cuenta de los matices.

Con estas dos premisas, los lectores se preguntan,¿ que tiene que ver todo esto con el funeral en la Catedral de Santiago?, la respuesta es que mucho, todo diría yo.

Funeral de Santiago

Este artículo lo escribo por las náuseas que me provocaron ver en La Voz de Galicia, las imagenes del funeral. Aunque ahora en la portada digital salga una foto con los familiares, no recuerdo que esa fuera la imagen hace unas horas, si no la de los príncipes caminando hacia el altar,  aunque pinchando en la noticia, podemos apreciar que esa  foto vuelve a ser la que acompaña la noticia. Es bien sabido que el BOE -Boletín Oficial del Estado- llamado vulgarmente con muchos nombres, como  La Voz de Galicia, El Mundo, El País, ABC, entre otros, suele pecar de ensalzar demasiado al gobierno de turno, o al partido afín, unos mas sutiles que otros, pero creo que en esta ocasión ha sido un abuso de excesiva publicidad.

Lo indignante de todo esto deriva de dos cuestiones: la primera es la propia disposición y organización del evento, la cual veremos a continuación, empezando por la entrada de las "cabezas de gobierno". Si pensáis que el sacerdote no es una cabeza de gobierno porque estamos en un país aconfesional, apaga y vamonos.



En la imagen principal, la de arriba, podemos ver al heredero y su séquito caminando hacia el altar. Es obvio que es un acto rígidamente protocolar, de eso se da cuenta todo el mundo, pero hay mucho mas que protocolo. A la derecha del príncipe normalmente está la princesa, pero en este caso no, por encima de la princesa está la Iglesia, representada por el sacerdote o quien sea que esté a su derecha. Demostrando que en los asuntos importantes, la mujer, princesa y esposa del monarca es relegada por la Iglesia. Es algo obvio, pero quizás sea menos obvio  que procedan abriéndose paso entre la multitud popular, intocables, cual Jesús caminando sobre las aguas mientras los demás les toca nadar. Se mira desde abajo pero no se toca.



Podemos ver los lugares donde se han situado los invitados: políticos se sitúan a la izquierda del transepto (ver imagen de arriba), pero se encuentran a la derecha del arzobispo que dirige el acto, mientras que en la otra parte, a la izquierda del arzobispo, se encuentran parte de los familiares, con lo que queda claro quienes son los importantes en este acto, la casta política, en vez de las víctimas y sus familiares. Por espacio, y porque sería extremadamente obvio no hacerlo, el grueso de los familiares se concentran de frente. La familia real, como no pertenece ni a la clase política ni a la popular, desde luego no se pueden sentar con ellos, no vaya a ser que su sangre se vuelva roja, así que se sitúan en el centro, dentro del área de los sacerdotes, cual imagen divina e intocable pretenden demostrar. Si creéis que todo esto es casual, es que vivís en el mundo de las gominolas.




Otro aspecto interesante es que el heredero está situado junto a los políticos, y la infanta Elena se sitúa junto al pueblo, lo que nos quieren decir que el monarca está mas próximo a las castas políticas que a la población. Si alguien se pregunta porque el rey y la reina no asisten a estos actos ya, es porque no interesa legitimar ni lavar su imagen, está demasiado gastada, tanto por corruptelas y actitudes inapropiadas, como por antigüedad. La imagen del rey ya no interesa salvarla, ahora toca fomentar y legitimar la del heredero, así no habrá dudas sobre la sucesión, y los debates que abogan por la república tendrán menos fuerza. Lo verdaderamente provocador es la asistencia en un ala exclusiva de tantos políticos ¿es que alguno se les murió alguien en el tren? PARA NADA.

Otro aspecto a comentar, a pesar de ser consciente de meterme en terrenos pantanosos,  que aunque solo haya visto unos 2 minutos del sepelio colgados en el ABC, pongo la mano en fuego a que nadie se ha interesado, mas bien ni querían, en preguntar si alguna de las víctimas era de otra confesión o ateo. He leído que hay un estadounidense, un brasileño y un argelino fallecidos, y no importaba si alguno de ellos era  protestante, evangelista o musulmán: en la fiesta del catolicismo mas rancio no caben otras confesiones, ni unas palabras en la homilía para esta gente, ni por supuesto una invitación de algún pastor, imán o representante de alguna otra confesión. Antes hubieran preferido invitar a Torquemada que mencionar el tema siquiera.

La segunda cuestión alarmante, es la difusión masiva por los medios de comunicación. Ha sido retransmitida por la 1, y en la Voz de Galicia se publicaron unos 38 imágenes: 28 de ellas son fotos de políticos o la realeza, 7 de familiares, 1  general, 1 de una pancarta, y una última que no sabría decir si son familiares o no. Además, por si acaso el lector aun dudaba sobre la jerarquía social de esta España profunda, La Voz nos muestra algunas imágenes duplicadas desde distintos ángulos o distancias de las cabezas de gobierno, ¡una de ellas se muestra hasta 3 veces!. Incluso hay un par que forman una película, donde se ve al presidente reverenciando al Príncipe: me imagino que había que inmortalizar la máxima contracción del cuello de Rajoy, llegando casi al punto de rotura, indispensable para dar adoctrinar al vulgo maleducado. Desde luego toda esta parafernalia, que no funeral, no hubiera servido de nada si solo lo vieran los que asistieron a la catedral, por eso hay que darle publicidad, para que el pueblo entero vea que la Iglesia y la monarquía son las cabezas indiscutibles de este país, seguidos por la clase política, y por debajo de todo, los ciudadanos.






Se podía haber hecho de muchas formas, incluso de la forma típica, que a nadie le quepa duda. Incluso con la monarquía en el centro, hubiera pasado desapercibido este tema. Se podía quitar protagonismo a los políticos, sentarlos en medio de la multitud, poner a Rajoy y Feijoo en primera fila junto a la multitud, y a la realeza también. Además hubiera sido ideal dejar que algún familiar dijera algunas palabras. Se podía aprovechar para crear una imagen mas humana y cercana del PP y la monarquía, una nueva derecha, mas ciudadana y preocupada por la gente, hubiera ganado la simpatía de muchos. Incluso la Iglesia podía haber aprovechado, para dar una imagen refrescante de apertura y tolerancia con los nuevos tiempos, invitando a algún pastor de otra confesión, aunque solo estuviera de adorno. Porque estoy seguro que no todos eran católicos. Pero no...esto ha sido una campaña propagandística estatal y católica de la más rancia derecha española, donde la Iglesia y el gobierno se han regocijado hasta alcanzar el éxtasis en este orgasmo católico-monárquico mal llamado funeral. Faltaba una bandera española  rodeando a Jesús, y un cuadro de Franco a la par.

Que nadie se confunda, la imagen del poder es una de las armas más poderosas que tienen los políticos a la hora de legitimar su poder y someter a los ciudadanos. Se usa para distanciar a la ciudadanía, para dejar claro que la administración del Estado es materia de hombres especiales, casi divinos, donde el populacho no puede participar. El pueblo solo mira, desde abajo, pero no toca.



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